jueves, 26 de abril de 2007

En defensa a la solicitud de mí extradición

En una forma de justicia paralela a la Corte Penal Internacional, la justicia y gobierno de los Estados Unidos de América, en asenso numerosas fuerzas militares de intervención extraterritorial, y la practica de la “Ley de la selva” del gobierno colombiano, fuera de sus fronteras se apoderan de personas para “aplicarles la justicia” .

Con ese antecedente, y pensando en el refrán: “al que madruga, Dios le ayuda”, ahora planeo la defensa a la solicitud de mí extradición. Declaro que todo lo aquí expuesto, lo hago bajo la gravedad del juramento.

1. Declaro no hacer parte de organización alguna del “Terrorismo Internacional”.

Atenuantes: - Que en ningún tiempo he tenido amistad, asociaciones, compañías o negocios de petróleo ni financieros con Osama Bin Laden.

- En ningún tiempo o lugar he dirigido o participado en ocupación o intervención armada. Tampoco he participado en la creación de normas legales que posibiliten el maltrato, tortura o violación de derechos humanos a persona alguna. No haber mentido sobre armas de destrucción masiva.

- No poseo depósitos bancarios en Alemania, Suiza, Miami u otros paraísos de “lavado más blanco” en virtud de normas, intereses económicos y moral “zigzaguearte”.

- No he hecho parte de grupo fundamentalista alguno. Puedo afirmar mí plena conciencia en que no hay cultura o ser humano mejor o superior a otro. Que lastimosamente no soy árabe de nacimiento, y tengo adorables amigos judíos y europeos. Que a muchos hermanos latinoamericanos, africanos y asiáticos, los abrazo cada mañana.

Agravante: - Que como ciudadano del mundo y apoyado en los derechos reconocidos a la humanidad, he opinado sobre sucesos de todo orden, posiblemente ignorando los recortes a esos derechos, recortes impuestos alegando el nombre de la seguridad.

- Señalar al terrorismo y la lucha antiterrorista, como formas de dinamizar la economía de los amos de la moral y también de multiplicar ideologías fundamentalistas.

- Mí mejor amigo, el señor Reza Gholizadeh, notable investigador en temas de VIH, es ciudadano Iraní -país del llamado "eje del mal"-. Creo firmemente que el mundo seria diferente si la fraternidad árabe masculina fuera generalizada.

- Creo que la cultura árabe ha hecho más aportes al mundo, que los hechos por la torpe historia de las “guerras justas o preventivas”. Que no bebo Cocacola, ni consumo “comida” chatarra.

2. Declaro no haber robado, traficado, ni ocultado nada.

Atenuantes: - Que no he hecho parte de la historia de elites, planes de “cóndores”, desfalcos, corrupción y neoliberalismo que atropello y empobreció a la América Latina en los últimos 35 años.

- Amo cada rincón de mí tierra del sur, a sus gentes, seres adorables y de una ingenuidad infinita, lo que nos posibilita sobrevivir a pesar de todo.

- No hago parte de asociación alguna de propietarios o inversores en el extranjero para no responder legalmente ante responsabilidad o tragedia alguna. Dios, doscientos pibes muertos, y de que manera.

Agravantes: - Que creo que la historia ha sido mal escrita.

- Creo que América somos nosotros, así a ellos, los del norte, los llamen en todas partes “Americanos”, hoy ofensa !mayúscula¡ en no pocos lugares del planeta.

- Creo que la amazonia no es propiedad común de la humanidad, así como el desarrollo no lo ha sido. Que creo que los deudores morosos son otros.

- Que amo al subcomandante Marcos, a Eduardo Galeano y a Nicolás Buenaventura, por las ideas, ojos, coraje, calvicie y cuentos.

3. Declaro que en Colombia no soy actor ni gestor de guerra

Atenuantes: - Que no hago, ni haré parte de banda armada alguna, así hoy los armados para la guerra sean mal contados más de un millón.

- No conozco la localización de responsable alguno de crímenes contra la humanidad, aceptó estar enterado de la ubicación públicamente conocida de los llorones paramilitares “arrepentidos” de San José de Ralito.

- En ningún tiempo he negociado con el gobierno o sus representantes, caletas (lugares ocultos) con millones de dólares, videos que despierten pública curiosidad, delaciones, ni programas de reinserción.

- No encuentro diferencias entre secuestro y retención, que no comparto los discursos que hay tras esas hipotéticas distinciones. Creer que las guerrillas designaron los dos últimos presidentes colombianos. Creer que las viejas guerrillas robaron a la ciudadanía el derecho de la protesta social. Igual creer que eso le sirve al gobierno para hacer ilegal la expresión de inconformidad ciudadana.

- Confieso avergonzado que en la primera calle donde me han ofrecido droga a la venta fue en Europa. Que no consumo, ni trafico, ni derivo y no he derivado ingresos del narcotráfico. Que no conozco, no soy familiar, amigo, ni relacionado con traficante alguno.

- Mí extradición, retención o secuestro no le sumaria prestigio político mediático a la campaña reelección del actual presidente, a la cual me opondré, por !la dignidad de la patria¡

- Considero a García Márquez un pésimo escritor y un buen retratista. Que la estética de Botero no me dice nada, y que él tendría que aprender mucho de Oswaldo Guayasamín, Luis Caballero, Alberto Giacometti y Chuck Close.

Agravantes: - Acepto que era emocionante que alguien robara los camiones de la leche para luego repartirla entre los pobres, esa debería identificarse como mí juvenil simpatía con la antes llamada guerrilla M19.

- Haber tenido alguna vez una plantita de coca en mi jardín, el atenuante que la moral de mi madre la hubiera regado disciplinadamente con agua hirviendo, eso para erradicarla. También como atenuante, declaro haber visto dos personas cosechando una plantita de marihuana en Ginebra, eso a unas pocas calles del palacio de Naciones Unidas y de la sede de la Organización Mundial del Comercio.

- Creer en la grave responsabilidad de la sociedad colombiana que asiste de manera alcahueta a la militarización de su vida civil y ciudadana.

- Negarme a que me administren o a ser parte de una señorial hacienda antioqueña.

4. Ahora trabajo en: justificar la culpa de pensar y de mis pensamientos.

Luis Alejandro Vakéen.

Enero 2005

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