jueves, 13 de marzo de 2008

Ojala nos invadan

Ojala nos invadan
Y ahora qué más da;
si nos hemos quedado solos,
que nos invadan sería lo mejor.

Sería una bendición para nuestra tierra
que rodeen nuestras fronteras
y que nos invadan nuestros
hermanos latinoamericanos.

Que nos invadan los ecuatorianos,
tal vez así volvamos a tener
de tierno maíz el corazón que perdimos.

¡Que nos invadan los cubanos!
Para que nuestros niños
se eduquen gratuitamente
y no mueran en las puertas
de los hospitales privados.

Que venga lo mejor de nuestra América.
Que venga un contingente
de garotas brasileras
que nos hagan el amor hasta
perder la leve fuerza que se necesita
para apretar un gatillo.

Sería lo mejor para Colombia
una invasión brasilera a gran escala;
De pronto así, algún día,
ganemos un mundial de fútbol.

Necesitamos urgentemente
una invasión venezolana,
para volver a decir
las cosas con claridad,
con franqueza, sin santaderismos,
Con elocuencia bolivariana.

Se requiere con urgencia
Una invasión boliviana,
Que nos quite esa vergüenza
de ser indios; esa vergüenza,
que nos condena eternamente
al peor de los subdesarrollos.

Reclamo con ansias la invasión
de tropas de piqueteros argentinos,
de madres y abuelas de plaza,
que nos cuenten historias
en donde podamos reconocer
nuestras propias historias.

Que vengan tropas españolas y chilenas,
a contarnos como se pudre el corazón
de una patria fascista.

Vengan los uruguayos con sus mates amargos
a contarnos la milonga dulzona y triste
de sus desaparecidos.

Que vengan todos los hermanos
del mundo a esta tierra olvidada
a hacernos entender que nuestro
país no es el mejor país del mundo,
porque es una patria injusta.

Que Colombia es pasión...
y muerte.

Ojala nos invadan la batucada festiva
que acabe con nuestro luto,
que acabe con este silencio que aturde.

Estamos solos, a la derecha del mapa.
Sólo nos acompaña nuestro buen amigo
El que invadió el país de las mil y una noches.

Lizardo Carvajal