miércoles, 16 de enero de 2008

Lecciones de política 3, 4, 5, y 6

La lección 3 fue escrita por Julio Cortazar, se encuentra en el capitulo 12 de su novela Rayuela, allí se lee: “la verdad estaba en eso en que (…) fueran ilusiones, porque solamente las ilusiones eran capaces de mover a sus fieles, las ilusiones y no las verdades”. Por tanto la venta de ilusiones, es un acto común de políticos (entre otros).

La lección 4 me fue impartida por Albert Camus a través de una cita que ha hecho Carlos Fuentes, ella sentencia: “vivimos sofocados por la gente que cree poseer absolutamente la razón”. Así que la homogeneidad de los discursos, cuando no un único discurso, es la herramienta para mantener el poder, aun a expensas de sofocar.

La lección 5 fue vista en la tele. Transcurrían los 90’, años en que era cotidiano el seriado MIAMI VICE (NBC, creada por Anthony Yerkovich). En alguna ocasión uno de los mafiosos allí personificados (extrañamente además de hispano-parlante muy parecido a Pablo Escobar) sentenció lapidariamente la máxima mafiosa, y es: “siempre ha de haber alguien entre el desastre y yo”. Desde entonces entiendo el porque de los numerosos “renunciados” en sistemas gubernamentales que operan como mafias.

La radio difundiría la lección 6. Hace algunos años eran comunes las radio novelas, la radio al hacer su magia, lograba no castrar la imaginación. Siendo muy chico escuchaba extasiado a Kaliman ‘el hombre increíble’, quien al colocar en lugar visible y a la vista de todos aquello que necesitaba estuviere oculto, para mí lo hacia el ser más astuto sobre el planeta. Ya con los años descubrí, para mi regocijo, que Edgar Allan Poe lo había escrito una centuria antes. Y bueno para que decir de lo oculto que todos los ojos conocen y nadie delata.

Cualquier uso de estas lecciones (o de las lecciones anteriores) para hacer perversa la política, en particular la colombiana, es solo y solamente responsabilidad de los actores en la política misma, y en ningún caso culpa del mensajero (es decir mía).

Adendo: Para poder aproximarse a lograr entender actualmente un poco la esquizofrenia de los acontecimientos en Colombia, he de citar al escritor e intelectual colombiano Estanislao Zuleta, ya fallecido, quien afirma que: “Por un espejismo que es típico de la izquierda revolucionaria colombiana en todas sus variantes, en diversos momentos han creído que se encuentran al borde de una ‘etapa insurreccional’, que están viviendo un período prerrevolucionario. Esto se debe a que confunden la debilidad del Estado (…) con la debilidad del sistema mismo, cosa en la cual los acompaña curiosamente la extrema derecha, que ve siempre la revolución a las puertas y se lanza a la contrarrevolución”. En: ZULETA Estanislao, Colombia: Violencia, Democracia y Derechos Humanos, Bogota, 1989, pg 126.

En razón de lo anterior, en Colombia el uso de todo instrumento para doblegar al contrario, ha hecho que a los secuestrados los hayan despojado de su esencia de ser humanos, para ser convertidos por las guerrillas en moneda para el cambio (transacción o negociación); y por parte del Estado Colombiano como tan solo 'daños colaterales', eso explica además de los 'sangrientos rescates militares', que los secuestrados hayan sido calificados por el asesor presidencial José Obdulio Gaviria, como 'solo enfermos terminales' por los cuales no se debe mediar para parar la guerra (en perorata a los familiares de las personas secuestradas), guerra de ‘baja intensidad’, la que por más de 40 años a producido miles y miles de muertos y millones de desplazados. Todo en medio de la terrible indiferencia e indolencia de la sociedad colombiana.