jueves, 9 de octubre de 2008

Lección de Economía:

- ‘Haga un hueco!’

- ‘¿qué?, ¿se ha vuelto loco?’

- ‘Que haga un hueco’,

- ‘Para huecos estoy yo!, vaya asesores de .......... !’

La voz continuo en tono de profesor: ‘Sí, es fácil, si usted hace un hueco deberá pagarle a quien lo hace, y además deberá hacer algo con el hueco ya hecho, para lo cual deberá también pagar, y así de a poquitos pondrá en el mercado efectivo, circulante, dinero y dinamizara la economía, Presidente es fácil: haga un hueco en su jardín’.

Y así fue que la Gran Depresión de 29 a 32 -la que de seguro dejara de llamarse tal-, logro ser superada por el Presidente estadounidense Roosevelt (1933 – 1945). El consejo impertinente de Keynes dio vida al New Deal, plan de recuperación económica que alcanzó para hacer la gran guerra, máxima expresión de la intervención pública de ese país para dinamizar su economía e instalarse en la cima de del dominio geopolítico, de la cual ahora somos testigo que desciende, y según algunos otros, va de barrena.

Y bueno el paisito de los colombianitos en la puertita del congresito de los gringitos con el papelito del tratadito en la manita haciendo rogaderita barnizadita con mentirita; en tanto que la ruina por el mundo suena con agudos rugidos de fiera furiosa, herida y hambrienta, la misma que será la responsable que el paisa salga por el sótano pasando a ser un muy mal recuerdo, a lo que se sumara el que en acto de negación colectiva de memoria todo vestigio del consejero de marras sea repudiado, quizás no quemando su voluminosa producción ‘literaria’ solo por piedad!

Alejandro Vakèen.

Ps. Todo canceriano es agorero, cosa que se exacerba en un paisa, por tanto será muy conveniente anticiparle como regalo navideño uno de esos viejos calendarios que se desasían al paso de cada día, para que agote los dolorosos que le restan en la Casa de Nari, en tanto que se encomienda en medio de rosarios a todos los santos, vírgenes y monseñores de todos los credos que habilidosamente convirtió en su clientela política. Para los colombianos al final del túnel nos quedara la certeza que las pesadillas no duran toda la vida!, aunque no es seguro que los malos sueños terminen.