viernes, 29 de junio de 2007

Cosas que dan miedo!



Encontré hoy un humilde ciudadano ante este periodiquillo, su interrogante, en una mirada, era el que opinaba yo; le he dicho que allí le vendían miedo, miedo?, pregunto, y que hay con eso?, fácil, le he dicho, primero te infunden miedo, temor y terror, y después te dicen por quien tenes que salir a votar, y no te voy a decir por quien te van a llevar de la nariz a la urna.

Así los vendedores de futuro turbio, disfrazados de informadores, hacen su papelón entre la gente humilde (su público objetivo) que pareciera no merecería ser informada para que ejerzan como ciudadanos. Sí como ciudadanos y no como masas de bestias despavoridas.

COMO DUELE ESTE PAÍS!!!

Imagen de la pagina 1 del periódico HOY del viernes 29 de junio de 2007, publicado en la ciudad de Bogotá.

jueves, 14 de junio de 2007

Dos campesinos

Colombia ha superado toda definición de encrucijada, hoy la mejor descripción es “inagotable foso profundo”. La guerra que vivimos los colombianos (y la que ven los extranjeros en los artículos de prensa, única evidencia de existencia de este país en el mundo), tiene origen en muchas causas. La invitación es para que miremos a estos dos colombianos.

Estos dos señores, por demás bien varones –quizás machos como los definen el cancionero mexicano-, están unidos íntimamente a la tierra. Ellos cuidan sus vaquitas, uno de ellos incluso perdió desafortunadamente hace algunos años cerdos y gallinas. Debido a la agreste canícula y el rudo clima, uno utiliza sombrero aguadeño, al otro nos acostumbramos a verlo con una gorrita de tela, uno usa habitualmente un poncho de hilo para tierra caliente, el segundo su inseparable toalla. Si, hablo de Álvaro Uribe Vélez y de Manuel Marulanda Vélez. Los dos tienen remoquetes, pero aquí los olvidaremos, no queremos una guerra campal entre las palabras.

Los dos llevan consigo duelos insolutos que los enceguecen frente uno al otro. Son adversarios. Los dos son obstinadamente obtusos, rudos con las palabras, máxime si se han de definir entre sí. Los dos son comandantes en jefe de sendos ejércitos. Uribe en virtud de ser el presidente es el comandante constitucional de las fuerzas armadas de la Republica de Colombia, y Marulanda comanda la guerrilla FARC, la que ha sobrevivido por más de 40 años sin que el ejército nacional, en una guerra de baja intensidad, la derrote. Los dos son herederos de la cultura del “gran Antioquia”, en la cual una de sus características es el de “ser cañero” (una especie de riesgo y apuesta en el discurso para con la exageración ganarle al contrario). Las similitudes son muchas más. Estos dos campesinos, en esta etapa de la historia del país, son expresión de la triste historia vivida día a día, expresión que irremediablemente marcara el nebuloso futuro de los colombianos.

Durante las conversaciones de paz del expresidente Pastrana (1999) con las FARC, según el testimonio de un viceministro de la época, los negociadores de la guerrilla demostraban mucha disposición de aprender para luego poder discutir sobre planificación con los tecnócratas negociadores. “Era la primera vez que ellos (los guerrilleros) veían una imagen satelital del territorio” de alguno de los municipios de la zona de distensión; hasta aquí el testimonio. De la lectura anterior se deduce que frente al Estado negociador había campesinos armados, muchos de los cuales no habían salido del monte (léase no mayores grados de ilustración) y con los cuales el Estado hablaba para posteriormente negociar la paz. La asimetría entre habladores era abismal, y la paciencia fue muy poca. Actitudes reales de ambas partes alimentaron más armamento y más guerra. Impaciencia y guerra fue el llamado al que respondieron con votos los colombianos. La propaganda bélica gano, y así electo Uribe. El país en medio del embrujo se dispuso a anclarse en sus respectivos feudos. En tanto, el mundo gira y cambia vertiginosamente.

La guerra en Colombia es por la propiedad de tierra. La tierra como sinónimo de poder. La tierra como factor económico y depositaria de valor, la tierra como generadora de riqueza, y seguramente -en menor medida- la tierra como opción valida de vida. Cualquier salida de los actuales funcionarios para afirmar que la guerra es contra el terrorismo cae en saco roto. ¿Como explicar la escalofriante concentración de tierras en el país y ese ejercito de desposeídos que han sido desplazados de las tierras que eran su opción de vida?, ¿O como explicar esos grandes proyectos agrícolas (de materias primas para biocombustibles, que no de alimentos) que son el trasfondo oculto del TLC?, quizás de insistir en la argumentación ese hipotético funcionario, habrá que responderle exponiendo las relaciones feudales existentes en el campo colombiano; de dudarlo miren las relaciones de servidumbre entre finquero y el campesinado a lo largo de la región cultural del caribe. Esa visión de tierra es el nudo que ha anclado el país a su suerte.

Para la que no hubo encuesta, en Colombia se asumió ser un lugar en el cual se surtirse de materia prima el mercado mundial, eso incluye los colombianos como mano de obra. En un mundo en el que la tierra hace centurias ya no es el eje del valor, Colombia insiste. Las inteligencias, los descubrimientos, la informática, y las invenciones humanas son el lugar que el desarrollo ha dispuesto para el valor en el mundo actual; se es más desarrollado cuando las referencias de valoración están en el hombre. El feudalismo y las ideas fisiócratas ya han sido superadas, pero aquí en una extraña especie de sincretismo sobreviven.

Nada muestra que estos dos campesinos, con todo lo que representan desde polos ideológicos totalmente opuestos, dejen fluir a Colombia a una etapa diferente de su historia, y por la inercia e indiferencia demostrada por la sociedad colombiana, se presagia la ausencia de fuerza para avocar mejor futuro.

Alejandro Vakéen

* campesino es una palabra que para el autor inspira mucho respeto, de hecho él fue alguna vez campesino, su uso aquí podría hacerse extensivo a finquero, hacendado y quizás patrón.

Se aprende???

Estimados colegas, este el vídeo prometido.

Alejandro