martes, 10 de marzo de 2009

Álvaro Miguel Rivera, paz en su tumba


He leído, no sin horror, esta mañana de domingo (8 de marzo 2009) del “violento” asesinato de Álvaro Miguel Rivera, tal hecho me ha deprimido ferozmente todo el día. Para quienes coincidimos con él en algún momento de nuestras vidas, de seguro ha sido igual de impactante la fatal noticia. Quizás es el momento de una de esas expresiones simbólicas con que esa sociedad de comienzos del 2000 vio emerger las letras –LGBT- inventadas allí en Santandersito (Cundinamarca, Colombia); una ceremonia religiosa que no anide en controversia ni conflicto, un pronunciamiento ponderado en contracorriente de lo ya asqueroso que se lee en los foros de los diarios, una exaltación del colega – compañero – amigo que hizo frente a las FARC en tiempos de la zona de distensión (años 2001 - 2002, cuando a boca de fusil esos pretendía obligar a toda la población -unas 20000 personas- a una prueba de VIH y luego desterrar a las personas seropositivas), así como con su experiencia profesional (Ing agrícola) hacia frente a la pobreza de las gentes en Cali (Colombia).

Paz en su tumba, la cual por extraña razón somos muchas y muchos los encargados de promover, más que cuidar.

Alejandro.

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