martes, 10 de marzo de 2009

Álvaro Miguel Rivera, paz en su tumba


He leído, no sin horror, esta mañana de domingo (8 de marzo 2009) del “violento” asesinato de Álvaro Miguel Rivera, tal hecho me ha deprimido ferozmente todo el día. Para quienes coincidimos con él en algún momento de nuestras vidas, de seguro ha sido igual de impactante la fatal noticia. Quizás es el momento de una de esas expresiones simbólicas con que esa sociedad de comienzos del 2000 vio emerger las letras –LGBT- inventadas allí en Santandersito (Cundinamarca, Colombia); una ceremonia religiosa que no anide en controversia ni conflicto, un pronunciamiento ponderado en contracorriente de lo ya asqueroso que se lee en los foros de los diarios, una exaltación del colega – compañero – amigo que hizo frente a las FARC en tiempos de la zona de distensión (años 2001 - 2002, cuando a boca de fusil esos pretendía obligar a toda la población -unas 20000 personas- a una prueba de VIH y luego desterrar a las personas seropositivas), así como con su experiencia profesional (Ing agrícola) hacia frente a la pobreza de las gentes en Cali (Colombia).

Paz en su tumba, la cual por extraña razón somos muchas y muchos los encargados de promover, más que cuidar.

Alejandro.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Lunático saludo de nuevo año.

En la tarea de encontrar que regalar para estas fechas, en estos tiempos de tantas novedades y de estreches, encontré que un trozo de astro era usual, de moda y es usado para disculparse por indecisiones. Generalmente por la compra del trozo astral es emitido un titulo, el cual a sus poseedores les hace pertenecer al exclusivo club de inversores astrales. Lo he pensado detenidamente y tal titulo, por ser por ahora un intangible, bien se lo puede canjear. Así que le solicito me reciba la luna como regalo, junto con mis mejores deseos por el futuro suyo y el de todos sus afectos.

Alejandro, 1 enero 2009

miércoles, 17 de diciembre de 2008

sofocando un cigarro


Un bello hombre a la orilla del mar de la plata, en tanto que le daba de comer a su nutria, me aseguro que “basta que alguna vez lo pensaran a él, para así ser un recuerdo”; es el mismo hombre que sofocando un cigarro con su zapato izquierdo, en otra ocasión me ha dicho ¿como amar sin no exigir algo a cambio?, ¿qué se yo?, “si solo me falta saber como sobrevivir al presente” respondería el poeta, y yo le secundo.